La importancia del acompañante

La mejor actitud que puede adoptar el futuro padre es estar atento a cómo se siente la madre y, sobre todo, a los cambios que se van produciendo, ya que le van a permitir saber lo que ella espera de él. Es cierto que los papás no engordan quince kilos ni tienen náuseas por la mañana, pero pueden acompañarte a los controles médicos, asistir a las clases de preparto, encargarse de las tareas domésticas más pesadas, compartir tus temores y, sobre todo, mimarte al máximo.

Mientras que la futura mamá siente al bebé en su interior y es consciente de lo que está ocurriendo, su pareja tiene la impresión de navegar en un universo más abstracto en el que el sentimiento de paternidad no es tan obvio ni tan físico. Cada hombre tiene su propio ritmo de adaptación: unos se sienten padres en cuanto conocen la noticia del embarazo, otros lo desarrollan al ritmo de crecimiento de la tripa, otros al coger a su hijo por primera vez en brazos y algunos incluso más tarde.

El cómo demostrar afecto, cariño o deseo es otra de las grandes inquietudes paternas. La líbido puede variar según la etapa del embarazo y puerperio, existiendo muchísimos tipos de relaciones (caricias, besos, abrazos…) con las que demostrar y desarrollar una sexualidad plena con tu pareja. De sobra es sabido que las relaciones sexuales durante el embarazo no sólo no están vetadas, sino que son muy saludables. Lo más recomendable, una vez más, es no esconder los sentimientos y hablarlo claramente con la pareja.

Una buena forma de estimular el instinto paterno consiste en relacionarse con el hijo cuanto antes, bien a través del tacto (acariciando el vientre de la mujer) o de la voz. Informarse, leer todo lo que se pueda, cuánto más sepa el futuro padre del asunto, mejor comprenderá lo que le está ocurriendo a su mujer. ¿Por qué se emociona tu pareja por todo? ¿Por qué al minuto siguiente está muy irascible? ¿Por qué de vez en cuando tiene algún antojo? .
Además, si estuvieron en el parto podrán ayudar a las madres a recordar cómo fue, cómo vivió sus primeras contracciones, cómo se sintió en su parto, como se sintió en los primeros pujos, cómo fueron esos primeros momentos de vuestra hijo-hija,etc.

Estar ahí, hablar con la madre y que ella pueda llamarles: esas son las tres tareas principales de los padres en el paritorio. Además, unos consejos que pueden ayudar son:
– Animar a tu pareja a moverse. Un baile o caminar ayuda a estimular las contracciones (en caso de embarazos con riesgo, es mejor preguntar al médico).
– Preguntar sobre cosas que pueda necesitar tu mujer. Si “puede ponerse música” “puede ir al aseo”?¿Dónde hay agua? ¿Qué hace la matrona? Háblalo y cuéntaselo a tu pareja. Que tú lo sepas la tranquiliza.
– Animarla cuando ella tenga momentos de flaqueza con frases positivas.
– Observa atentamente cómo sale el bebé y cuéntaselo.

Es importante que el acompañante esté muy pendiente de su pareja y del nuevo miembro de la familia, porque todo lo que el padre/ pareja ayude a la madre repercutirá en el bebé y en la felicidad del seno familiar.

En algunos de los hospitales del grupo, el acompañamiento también se puede realizar en las cesáreas programadas